Un factor clave para entender “Erase una vez en América”, es la estructura circular que al final nos lleva al lugar de origen, el fumadero de opio. La película se nos presenta como un viaje de opio en el que se mezclan recuerdos pasados con alucinaciones sobre el futuro. Unos elementos presentes en gran parte de las secuencias son la niebla o el humo, por un lado, haciendo hincapié en lo onírico y en las posibles lagunas en los recuerdos, y, por otro lado, es una manifestación explícita del humo de la pipa en momentos de alta carga emocional. Otro elemento que desvela que la etapa de vejez es falsa, es el hecho de que Noodles se llevará consigo la llave del reloj de Moe, se interrumpió el paso del tiempo, no pasó.
Al final, tras terminar la última secuencia de vejez, volvemos al fumadero de opio. La primera imagen que vemos es una obra de
sombras chinescas, generando mediante la yuxtaposición en montaje la idea de irrealidad. En esa secuencia, tras ponerse a fumar de forma compulsiva como si estuviera mamando, se nos muestra un plano cenital del camastro de Noodles, el cual vemos a través de una tela traslúcida, lo cual establece una relación con los juegos de sombras. La imagen se para en este plano con Noodles sonriendo a cámara de forma violenta, ahí empiezan los créditos (referencia a Psicosis).
Un recurso habitual en la carrera de Sergio Leone es el uso del Zoom. Habitualmente el director lo suele emplear de forma ágil
con la finalidad de implementar la tensión y dirigir la mirada del espectador. Aquí, no obstante, pese a que hay algún momento así como el intento de asesinato al líder sindical, predominan zooms más lentos, que buscan penetraren el personaje.
La música en la película, aporta un carácter marcadamente melancólico que pesa sobre el espectador. Sobre todo, cabe destacar el tema “Cockeye’ssong”, que funciona recurrentemente como “leitmotiv” de un
mal presagio (muerte del niño, pelea con Max…) aparece tanto de forma extradiegética (flauta travesera) o diegética (flauta de pan), tocada por el propio “Cockeye” generando así un mayor peso en la trama. Max, es un personaje que nace de la envidia hacia Noodles, esto se representa a través del trono papal que se compra para aparentar más poder en las reuniones. Este personajes caracteriza por su ambición desmedida(motivo por el cual Noodles lo traicionará).
De niños, después de que les den una paliza (por culpa de la ambición de Max), cuando están ambos abatidos en el suelo, se nos
muestra un plano que revela la futura disputaentreambos. Vemos a Noodles en primer término a la derecha del cuadro, y trazando una diagonal, al fondo a la izquierda vemos a Max. Entre ambos, como eje de la diagonal hay una navaja(su relación está marcada por la traición y la violencia).
En la secuencia de la playa, cuando se anuncia el plan de la ley seca, vemos la desunión definitiva entre los dos. Los vemos sentados en tumbonas, la de Noodles mira al frente,la de Max en perpendicular, dándole la espalda. Después, Max dibuja un plano de suplan de atraco
sobre la arena, denotando su fragilidad y volatilidad. Cuando se levanta para pasear por la orilla mientras reflexiona, vemos un encuadre tríptico en el que se diferencian tres espacios: la arena, el mar y el cielo. El
personaje, rodeado de pájaros como alegoría de la locura, se encuentra enmarcado en el espacio intermedio, el mar, representando una suerte de Ícaro, en este caso un hombre que intentó saltar de la tierra al cielo y se quedó a mitad de camino, ahogado por su avaricia.
En definitiva, es un personaje que se cree más de lo que es, aparece igual que desaparece, de la nada; y sobre un vehículo (carro, o camión de basura) que sigue su camino sin inmutarse de su presencia. La relación con Deborah desde el inicio se muestra entre idealizada y entorpecida (en gran medida por Max, y por los sueños de ella). La primera imagen que vemos del pasado es ella espiada por Noodles a través del agujero
del baño, nos la presentan bailando en el almacén, rodeada por sacos de harina que generan un aura blanca y celestial en el ambiente (humo de la pipa). Cuando Noodles la invita a cenar al restaurante vacío para ellos, ella siente la sensación de estar observada y atrapada. Por ello, elige la mesa junto a la ventana que da directamente al mar, simbolizando sus ganas de escapar de allí e iniciar su odisea. De hecho, el plano conjunto de ellos comiendo define su situación mediante los elementos. En primer término, la ventana que da al mar (su objetivo) que se encuentra (o interpone) entre los dos; en segundo término, los barrotes de la
barandilla de la terraza, representando las trabas para conseguir sus sueños (Noodles); y al fondo una plataforma con luces dentro del mar (su sueño de ese artista).
La aparición de ella envejecida, se caracteriza por el maquillaje blanco que le cubre toda la cara. Todo esto, se trata de un recuerdo falso derivado de lo creado por su subconsciente, debido a
lo idealizada que la tiene siendo incapaz de verla deteriorada.
Martí Boronat
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