«Todo pasajero viajando a 2046 tiene la misma intención. Quieren recapturar los recuerdos perdidos, porque nada nunca cambia en 2046»
Wong Kar Wai siempre ha localizado mucho su cine en su ciudad natal -Hong Kong-, generalmente emplazado en la época de los 60 que es cuando era un niño. Al poco, tuvo que dejar la ciudad para marcharse a vivir a los EEUU. Es por eso que en mucho de su cine se palpa esa nostalgia de esa de esa ciudad ya pérdida de su infancia.
La trilogía la conforman – Days of Being Wild (1990), In the Mood For Love (2000) y 2046 (2004). Entre la primera y última película transcurren diez años en el relato. Diez años que van a ser pilares del cambio de la mutación de la ciudad de Hong Kong del idealismo de la infancia a la de un hombre que vuelve y se encuentra con una ciudad totalmente nueva. Ante la corrupción de esa imagen de hogar que tiene, Wong Kar Wai se queda con un hogar congelado en el tiempo que vive en las mismas calles que esta nueva ciudad.
No es sorprendente por tanto que el tema que englobe las tres películas sea el tiempo. Relojes plagan todas sus películas, que no pueden parar y al igual que le robó el hogar al director, va a corromper esa idea de hogar a los personajes, y haciéndoles imposibles construir uno nuevo. Va a existir siempre una ambigüedad temporal, que en 2046, se lleva ya a la hipérbole con una historia de viajes del tiempo que hasta la mitad de la película no se entiende que es una novela que escribe Chow, un ejercicio de meta-narración, Chow va a ser el alter ego del director.
Yuddy, el rebelde inconformista, el picaflor herido |
Los dos protagonistas masculinas de Days of Being Wild: Yuddy (Leslie Cheung) y Tide (Andy Lau) van a construir los dos extremos por los que se va a mover Chow (Tony Leung) protagonista de In the Mood for Love. Yuddy, es un picaflor, una persona que no se compromete y bastante inestable emocionalmente por un trauma familiar. Tide, en cambio, va a ser un poco esa imagen de responsabilidad masculina, de sufridor introvertido a la que no le terminan de salir las cosas.
Entre esos dos personajes, Su (Maggie Cheung) la protagonista de Days of Being Wild e In the Mood for Love se va a debatir entre las dos personalidades. La atracción que siente por uno, es más adolescente, más sonora; y luego madura a una más silenciosa y cariñosa con el personaje de Yuddy. La tragedia de Su es que nunca consigue darse cuenta de ellos antes de tiempo. Siempre a través de llamadas que no llegan, marcando esa separación física entre ambos personajes. Su, al fin y al cabo, es una persona muy encerrada por sus heridas anteriores.
Su y Tide en ‘Days of Being Wild’. Tide y Chow van a ser confidentes del dolor de Su. |
En el contexto de la trilogía, nos da a entender que tras no alcanzar a Tide por teléfono. Su se ve obligada a casarse con otro hombre para llevar una vida de mujer respetable en la época. Al no haber amor, el hombre le pone los cuernos, y Su conoce a Chow, con una nueva herida, más encerrada en sí misma. Y vuelve a darse cuenta de sus sentimientos demasiado tarde.
El arco de Chow, empieza al final de la película como un joven escritor presumido, que se peina como Yuddy. Entendemos que acaba casándose entre las películas y que se ha visto frustrado en su deseo de ser escritor. Su mujer le pone los cuernos, al no estar Chow listo para una relación profunda. Conoce a Su, que es una persona con la que reaviva su pasión, pero no consiguen sacar adelante lo suyo. Al final la relación entre Chow y Su, es un reflejo de la de Su con Tide.
Tony Leung en ‘Days of Being Wild’ |
En 2046, Chow toma esa personalidad de picaflor de Yuddy. Está claro que la herida emocional crea una pérdida del hogar, y la imposibilidad de construir uno nuevo. Al igual que Wong Kar Wai. Son personajes destinados a vagar por el mundo. Es más el personaje de Lulu, le dice a Chow que le recuerda a un viejo amante filipino, que viene a ser el personaje de Yuddy.
En la relación de Chow con Zhang Ziyi vamos a ver ese estado de maltrato por parte de Chow, recordando a Yuddy. Yuddy acabo solo montado en un tren, Chow solo en el fondo de un coche (haciendo esa comparación con la imagen del coche de In the Mood for Love). Yuddy muere, Chow «muere»: ha entrado en un círculo vicioso del que no podrá escapar. Entre en el tren de 2046. el vagón de los recuerdos que lo condena a la soledad.
Hay otros detalles y personajes que se repiten, justificando la continuidad diegética de las tres películas. Ah Ping (Ping Lam Siu), amigo de juego de Chow en las últimas dos. Mrs. Suen (Rebecca Pam), es la madre adoptiva inestable en Days of Being Wild y una de las mujeres que juega al Mahjong en In the Mood for Love.
Encontramos también detalles como el intento de novela de artes marciales. En In the Mood for Love, Chow intenta escribirla con Su, y en 2046, menciona que lo intentó y fracasó.
Las tres películas acaban retratando el peso del pasado, de la idealización del recuerdo y de la herida; la incapacidad que tienen los personajes de reconstruir ese hogar. Solo les queda sumergirse en la añoranza autocomplaciente. El mismo tren de 2046, es el viaje de Wong Kar Wai a ese pasado que ha perdido e intenta recuperar fútilmente en esta trilogía.
Pedro Nicanor
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